MANIFIESTO
Nuestro manifiesto fue escrito en 2006 por nuestros fundadores. Es nuestro pilar para todo lo que hacemos y creamos, y nos distingue de cualquier experiencia convencional.
Creemos que hay demasiados frascos de perfume, pero no hay suficientes fragancias que estén colmadas de alma.
Creemos que el alma de una fragancia nace de la intención con la que se crea y la atención con la que se prepara.
Creemos que una perfumería distinguida debe crear una conmoción: la sensación de lo nuevo, combinada con la sensación de lo íntimamente familiar.
Creemos que la perfumería distinguida debe ser irreverente.
Creemos que es más humano probar los cosméticos en neoyorquinos que en animales.
Creemos que las celebridades deben pagar el precio marcado al público.
Creemos que el futuro del lujo (y, por ende, de la perfumería) radica en el trabajo artesanal.
Creemos en el poder colmado de vida en unas manos conscientes: rosas recogidas a mano, velas vertidas a mano, perfumes confeccionados a mano y acuerdos cerrados con apretones de mano.
Creemos en las almas apasionadas que trabajan de cerca con nosotros.
Creemos en la actitud que Hafiz tiene frente a la vida: “Que tus acciones sean significativas, querido. Actúa siempre significativamente”.
Creemos que Nueva York nos hizo así, con una dosis de Wabi-Sabi y unos versos de Thoreau.
Creemos que tanto tú, como nosotros debemos dejar nuestras herramientas modernas a un lado y tomarnos un momento para oler las rosas a lo largo del camino.
Creemos que somos jóvenes solo una vez, pero podemos ser inmaduros por siempre.
Y creemos que la explicación mata el arte. Así que: ¡olvida todo esto!